Recordando a los Héroes del 74

Por fin, ya había ganas!

La cita era esta vez en Glasgow, y era el primer gran viaje organizado por nuestra flamante peña. Un buen puñado de socios decidió acudir a un partido que se presumía histórico: se cumplían ni más ni menos que 50 temporadas de la famosa “Batalla de Glasgow”. Nuestro vuelo salía muy temprano desde Colonia a Edimburgo. Allí nos encontrábamos con Rubén y Maribel, que aterrizaban procedentes de Madrid dos horas más tarde. Para facilitar el desplazamiento decidimos alquilar un coche y así nos pusimos los cuatro rumbo a Glasgow, adonde llegamos sobre las 2 de la tarde.

Por el camino acordamos aparcar cerca del estadio para que luego nos fuera más fácil coger el coche a la salida del encuentro. Aparcamos en un barrio cuyo olor a marihuana nos llamó bastante la atención, y para cerciorarnos de que no había problema preguntamos a un vecino que nos aseguró era posible aparcar allí sin miedo a multas o desperfectos. Tras una breve conversación con él decidió espontáneamente que nos acercaría a Merchant Square, la zona de encuentro acondicionada para los fans del Atlético de Madrid. Agradecidos aceptamos su propuesta y nos dejó a la misma puerta del local de encuentro.

Allí había ya algunos hinchas y fue una alegría volver a ver a algunos de ellos. Poco a poco el local y la calle se fueron tiñendo de rojiblanco y los cantos atléticos se oían cada vez más. La marcha hacia el estadio se hizo eterna, por suerte algunos decidieron ir en taxi y esperarnos allí.

El ambiente en el Celtic Park era tal y como esperábamos: espectacular. El “You’ll never walk alone” es un himno que emociona, da igual cuántas veces lo oigas. Eso, unido a que nuestros chicos lucían la equipación igual a la del los héroes del 74 (camiseta roja, pantalón azul y medias rojas, algo que en Glasgow no gustó nada porque revivió amargos recuerdos), nos hizo ver que estábamos viviendo un momento muy emotivo en la historia del Club. El estadio lleno hasta los topes, alguna reivindicación pro Palestina (a pesar de la expresa prohibición de la UEFA) y una bandera republicana nos hizo recordar que estábamos en Escocia, un pueblo solidario.

Futbolísticamente visto la primera parte fue para olvidar, vimos un Atlético casi anulado por un Celtic que salió a por todas. Suerte que en la segunda parte pudimos mejorar el juego y finalizamos con un agridulce 2:2, que deja todo abierto para el partido de vuelta en el Metropolitano.

Salimos del estadio cuando empezaba a chispear, y cuando llegamos al coche nos llevamos la sorpresa del día. En el parabrisas alguien había dejado algo dentro de una bolsa. La incertidumbre hizo que la abriéramos con precaución, y lo que encontramos dentro nos dejó a todos los presentes boquiabiertos: contenía un camiseta y un pin del Celtic, un cojín de viaje, un azulejo souvenir de Escocia y unos dulces. Intuímos que el detalle provenía que ese vecino tan amable que nos llevó a la zona fan, pero nunca lo sabremos. Y la hospitalidad escocesa no termina ahí. La policía, el ver que Pedro caminada bajo la lluvia con sus muletas, le invitó a subirse al furgón policial junto con Rosa, su mujer, y les acercó al centro de la ciudad.

Qué bonito es ver cosas así, que son las que después nos hacen comprender que en nuestros viajes no se trata solo de fútbol…

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