DESPUÉS DEL DERBI
Estoy jodida,como todos hoy, y mi vía de escape es escribir y sacarme la rabia del pecho.
Fuimos unos ilusos pensando que podríamos pasar de ronda aun sabiendo que jugábamos contra el universo entero. La previa ya nos venía avisando: en su campo, el jueves en vez del miércoles porque les venía mejor, con entradas a cuentagotas, la prensa haciéndoles de palmeros y para más inri esa pancarta con ahorcado incluído que a última hora sirvió para caldear todavía más lo que ya estaba hirviendo. El partido era mero trámite para poner la guinda a una serie de infamias y despropósitos que acaban en escándalo, a una victoria que ya tenían cerrada de antemano, como tantas otras.
334 de los nuestros consiguieron silenciar a todo un estadio que solo se manifestaba con pitidos para acallarlos y que empezó a animar, como es usual en ellos, cuando iban ganando. Estoy tocada, sí, pero llevo la cabeza bien alta y tengo la certeza de que dimos todo, aunque eso no nos lleve a la siguiente ronda.
Es hora de que nuestra directiva haga algo contra tanto atropello. Porque la paciencia es como la lejía, de tanto usarla termina por comerse el tejido, y aunque la nuestra sea dura como un manto indio también acaba por agujerearse. Hoy y siempre ¡aúpa Atleti!