LA PEÑA ATLÉTICA DE ALEMANIA Y EL 120 ANIVERSARIO DEL ATLETI

LA PEÑA ATLÉTICA DE ALEMANIA Y EL 120 ANIVERSARIO DEL ATLETI

El pasado 26 de abril fue un día importante para el Club Atlético de Madrid porque celebraba su 120 aniversario. Para la Peña Atlética de Alemania también será un día para recordar ya que desde ese día somos una peña oficial. No fue casualidad: ese día nos parecía perfecto para comenzar nuestra oficialidad y el Atlético de Madrid nos ayudó a que así fuera. El día anterior me ví sorprendida con una llamada telefónica que al principio me tomé a broma: como presidenta de la Peña el Club me invitaba a ver el partido contra el Mallorca desde el palco, y me anticipaba alguna sorpresa que aún quería mantener en secreto. Acepté la invitación encantada e intenté no ponerme nerviosa.

El día 26 decidimos que el primer acto de la peña tuviera lugar en la calle de la Cruz, justo en el lugar donde nació nuestro Atleti como una placa conmemorativa atestigua. Alli algunos miembros de la peña lucimos por primera vez nuestras bufandas y ondeamos nuestra bandera llenos de orgullo y emoción. Tras bautizar el hecho como se debe pusimos rumbo al restaurante donde habíamos quedado con miembros de otras peñas para comer y comenzar la previa. El ambiente era de fiesta, ¡cómo no! Estabamos celebrando un aniversario y un nacimiento. Reencontrarse con amigos, conocer a gente nueva, reír juntos y disfrutar de una buena comida es siempre un motivo de alegría. De camino al estadio Metropolitano pasamos por nuestro bar favorito, “El Zarzal “, para dejar una de nuestras bufandas que a partir de ahora colgará sobre la barra del bar los días de partido. Poco a poco íbamos juntándonos todos y en las afueras del estadio el ambiente era sensacional. Era un día de celebración y, a pesar de ser miércoles, todos teníamos ganas de fiesta.

Recogí mi pase para el palco intrigada por lo que allí me esperaría. La entrada ya superó todas mis expectativas: Germán “El Mono” Burgos fue quien me recibió y con él me hice la primera de muchas fotos. La enorme sala estaba repleta de gente, la mayoría exjugadores del Club, leyendas que copaban toda mi atención y con las que pude charlar, reír, tomarme fotos y brindar por el Atleti. La comida era deliciosa y abundante, la compañía inmejorable y las vistas al estadio fabulosas. Me encontré con Eduardo, representante de la Union de Peñas e invitado al evento como yo y juntos hablamos por fin con Juan Carlos, responsable de las peñas atléticas, que nos desveló que al final del partido saldríamos al césped, Eduardo representando a la Peña más numerosa y yo representando a las peñas extranjeras. Tras la sorpresa nos sentamos en el palco para disfrutar del partido. Verlo rodeado de leyendas y oír sus comentarios durante el partido fue todo un regalo.

Poco antes del pitido final nos acompañaron abajo, donde estaba ya comenzando el acto conmemorativo. Si creí ver a muchas leyendas en la sala de arriba, la sala de abajo parecía un museo de cera viviente. Antiguos y actuales jugadores, periodistas, jugadoras del femenino, entrenadores… todos estaban allí y yo creí estar soñando sin imaginar siquiera que lo mejor estaba aún por llegar. Al césped habían salido ya las leyendas más antiguas, ahora salían las jugadoras del femenino, los jugadores de balonmano, entre tantos famosos yo estaba alucinada, a cual más simpático y agradable: Koke, Villa, Torres, Gabi, Solozábal, “El Cacho” Heredia, Pereira, Adelardo… ¡ni en el himno del Centenario de Sabina hay tantas estrellas! Yo veía cómo todos se iban colocando en el césped para lo que sería la foto oficial. La ovación a Torres, al Cholo, a Koke… y por fin llegó nuestro turno. Eduardo salió del brazo de la socia abonada más antigua, una señora encantadora que había visto el partido sentada a nuestro lado, y yo tuve el honor de salir del brazo de Pedro Palmero, un encantador caballero de 91 años que es, ni más ni menos, el socio número uno del Atleti. ¡Casi nada!

Salir al césped fue uno de los momentos que con seguridad no olvidaré en toda mi vida. Miles de personas aplaudiendo, cantando, agitando sus banderas… todo era como un sueño para mí, un sueño del que no quería despertar. Fue un momento inolvidable, único, de esos que guardas en tu corazón como un tesoro. Poco a poco nos fuimos aproximando a nuestro lugar para la foto. Sus pasos eran inseguros, pero estaba tan emocionado como yo. Poco a poco llegamos y todos se acomodaron. Yo me quedé allí sin saber muy bien adónde ir hasta que el mismísimo presidente, Enrique Cerezo, me invitó a sentarme en el lugar que estaba destinado para él. Así que allí me senté. Delante de todas las leyendas, de todos los jugadores, de todas las personalidades importantes incluídos Enrique Cerezo y José Luis Martínez Almeida, el alcalde de Madrid. En el centro de una foto histórica estaba yo sin poder dar crédito a todo lo que me estaba sucediendo.

Y de repente por megafonía nos invitaron a todos los presentes en ese estadio maravilloso a cantar el himno del Atlético de Madrid. Todo el mundo empezó a agitar sus banderas y cuando sonaron las primeras notas miles de gargantas entonaron el himno a pleno pulmón. No hizo falta música, cantamos todos a voz en grito, a capella, y en ese momento fui consciente de estar viviendo un momento único, divino, y miles de imágenes vinieron a mi mente: yo de la mano de mi padre camino del Calderón, yo cantando el alirón con mi padre, mi hijo con su primera equipación rojiblanca, tantos viajes acompañando al Atleti por todo el mundo, tantos momentos rojiblancos compartidos… Todo estaba allí, y supe con orgullo que mi vida está llena de Atleti. Lloraba y no me dí cuenta hasta que dejamos de cantar. Mis lágrimas eran de emoción pura, de alegría por pertenecer a este Club y ser parte de la familia colchonera, y de agradecimiento por poder sumar un recuerdo imborrable a los muchos que ya tengo.

Salí del campo después de haber compartido una pequeña charla y risas con el Cholo, de hacerme mil fotos con mis ídolos y de haber disfrutado de nuestra casa desde otra perspectiva, esa que tienen los jugadores, y de sentirme la mujer más afortunada del mundo. Gracias al Club Atlético de Madrid por hacer del nacimiento de la Peña Atlética de Alemania un acontecimiento tan especial, a todos los jugadores, leyendas y al personal en general por ser tan atentos y tratarnos tan bien.

Ya solo nos queda felicitar al Atleti por su 120 aniversario y por haber hecho de aquel Athletic de Madrid que fundaran cuatro estudiantes un club con dignidad, orgullo, coraje y corazón.

¡Aúpa Atleti!


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