PARÍS ES LA CIUDAD DEL AMOR Y DE LOS MILAGROS ROJIBLANCOS
Paris Saint-Germain. Parque de los Príncipes. París. Champions League. Atlético de Madrid. Imposible negarse a tanto atractivo, así que pedimos nuestras entradas a través de la peña y a París que nos fuimos.
Gracias a la amistad que nos une a otras peñas pudimos organizar un viaje de forma cómoda y poco complicada: algunos miembros de la Peña Atlética de Alemania se unieron al viaje organizado por la Peña Atlético de Madrid Gent y viajamos en el mismo autocar junto con los hermanos de la Panadero Díaz de Bruselas. No estamos acostumbrados a tanta comodidad y resulta que el viaje compartiendo experiencias con otros rojiblancos, además de cervezas y bocadillos, resultó de los más agradable. Por primera vez nos acompañó Juliana, nuestra araña mascota en honor a Julián Álvarez, que resistió todo el camino sin arrugarse. Otros miembros de nuestra peña se desplazaron en tren e incluso en avión.
A eso de las 5 de la tarde nos encontramos todos en el Seguin Sound Bar, el lugar donde Rodolphe, presidente de la Peña Rojiblanca Francesa Atleti Francia, había organizado la previa. Es un local muy grande con una buena terraza, ya abarrotada de rojiblancos cantando, colgando sus banderas y calentando la voz para animar al equipo después en el estadio. Las previas son lugares de encuentro donde vuelves a ver a colchoneros a los que hacía tiempo que no veías y donde conoces a otros nuevos de todo el mundo. La familia de la Peña de Alemania sigue creciendo, socios atléticos alemanes se unieron a nosotros por primera vez y no deja de sorprendernos la cantidad de hinchas del Atlético de Madrid que hay en Alemania, ¡nuestra familia rojiblanca es nuestro orgullo!
Poco antes de las siete de la tarde Rodolphe avisó para salir al estadio. Se formó un corteo por las calles de París que, si bien no era tan numeroso como otras veces, solo éramos unos 700 desplazados, sirvió para mostrar nuestros colores por la capital francesa y para que la gente saliera a los balcones al oírnos cantar. No hay nada como mostrar tu bandera en una ciudad extraña, animar a tu equipo incluso antes de que el partido comience y marcar territorio en una ciudad que no es la tuya. Tras una breve marcha y un aun más corto trayecto en metro llegamos al estadio, el mítico Parc des Princes, situado en el distrito XVI de París. El estadio original se inauguró en 1897, aunque el actual recinto data de 1972 y tiene un aforo de algo menos de 50.000 personas. Es una mole de hormigón y cemento que tiene poco de atractivo, pero que ha visto noches mágicas. En ese estadio emblemáticoiba a tener esa noche lugar el encuentro entre nuestro Atleti y el París Saint-Germain (PSG), uno de los equipos de fútbol más laureados de Europa.
Tras cinco controles de seguridad donde nuestras entradas, carnés de identidad, bolsos y demás pertenencias fueron inspeccionados rigurosamente, entramos al estadio. Nuestra Juliana cayó simpática a todo el mundo desde el principio y hasta los policías y el personal de seguridad reconocieron a Álvarez camuflado y se echaron unas risas con nosotros. Tal vez por eso no tuvo que soportar ningún cacheo.
El bloque de invitados no estaba tan lleno como otras veces; la sanción del Atlético de Madrid seguía en pie y faltaban muchos que debían haber estado ahí. En honor de la Peña Atlética L’Alacantí 1903 mostramos solidariamente su bufanda; al menos un trocito suyo estaba presente.
El partido se puede resumir en pocas palabras: El Atleti hizo un ejercicio de resistencia defensiva durante todo el partido en un duelo dominado de cabo a rabo por el conjunto parisino, vivió en el alambre y al final anotó una victoria in extremis donde en la última jugada aparecieron las genialidades de Oblak, Griezmann y nuestro ángel particular: Correa, que se vistió de héroe. Y con ese gol llegó el éxtasis, el delirio, en el bloque visitante solo se veían abrazos, saltos, y alguna que otra lágrima de alegría o tal vez de alivio. Habíamos ganado al todopoderoso PSG en su propia casa y ya nada podría aguarnos la fiesta. Nuestros gritos contrastaban con el silencio sepulcral con el que salían los hinchas del equipo local del estadio. Hasta nuestra Juliana saltó de alegría de mano en mano y desde ese mismo momento ya es considerada nuestro talismán y vendrá con nosotros a todos los partidos a los que nos desplacemos.
Tardamos un poco en salir, la policía nos esperaba a la puerta escoltándonos y nosotros tuvimos la suerte de poder subirnos a nuestro autocar de inmediato, que estaba en el mismísimo aparcamiento del estadio. En el camino de vuelta a casa, cansados pero eufóricos con el resultado, Jose el Indio me endulzó el viaje con algún Bacardí con Coca Cola que hizo que el viaje me pareciera mucho más corto que el de ida.
Gracias a Filip, presidente de la peña de Gante, y a Rodolphe, de la de Francia, por haber organizado un día tan especial y hacer que todos los seguidores rojiblancos nos sintiéramos como en casa. Así da gusto viajar.
Merci beaucoup pour tout et bravo Atleti!