
EL TORO ROJO NO FUE NI VAQUILLA
Solo necesitábamos un empate en Salzburgo para clasificarnos automáticamente para octavos de final de Champions. Y como todos estábamos seguros de conseguirlo y nadie quería perderse la fiesta, metimos en nuestras mochilas ropa de invierno y pusimos rumbo a la ciudad de Mozart.
El tren fue el medio de transporte elegido por la mayoría y desde Colonia fuimos 6 los que viajamos juntos. Habíamos reservado con antelación y empezamos a marcar territorio en el tren decorando las mesas con las banderas de la peña, sobre las que se dispuso una apetitosa comida que despertó la envidia en el resto de viajeros.